Todos los días hago un cambio de chip como ejercicio del alma para estos asuntos...Hoy sábado me convierto genuinamente (trato al menos) en un solipsista, mañana domingo monoteísta, el lunes panteísta, martes politeísta, miércoles agnóstico, jueves ateo, viernes evolucionista, y así volver a lo de hoy, tal vez el más peligroso de los días por ser con el que más por defecto nos identificamos. No es un ejercicio fácil, su práctica permite el descubrimiento de improntas tempranas que configuran el carácter y a veces es devastador comprobar cómo somos a lo importante tánto de lo aprendido y tan poco de lo propio.