Mahabhanda La postura corporal de excelencia


  Con el cuerpo dibujamos la primera impresión que de nosotros toma el mundo. Poto suelto, panza abultada y espalda corva nos habla de un físico al que no amamos suficiente, por falta de cuidados y amor propio se desdibuja, destemplándose...


  No hay edad para fortalecer el temple, conozco viejos bien parados y cabros de apariencia senil que se pueden servir igualmente de la sabiduría de los antiguos y sus enseñanzas puntuales para reescribir sus historias en búsqueda del perfeccionamiento.


  Un cuerpo físico templado, una mente fría y objetiva y un corazón ardiente y generoso es la trinidad humana necesaria para que un cuarto cuerpo venga a aflorar.


  La conciencia como cuerpo consistente, autoreferente a voluntad y libre de la mecánica e imperativos de los otros cuerpos es el portal a la trascendencia o al menos a instancias superiores de ser.


  Concibo particularmente siete niveles o estadios de conciencia siendo el cuarto donde ésta al volverse consistente hace de la vida algo más que lo mundano; la persistencia de la vigilia, la atención del tercer nivel, permite que germine el cuerpo de conciencia  volviéndose así la base de la experiencia individual trascendental.


  Les dejo un bosquejo simbólico de estos niveles y la promesa de explayarme a futuro de estos símbolos en la vela de la vida; también un vínculo a una técnica que requiere conciencia, presencia y atención para obtener sus potentes resultados. Bendición.
    MAHABHANDA